JUAN GABRIEL ME AMENAZÓ NO CONTINUAR POR UNA PREGUNTA INCOMODA

En 1988 esperé  dos horas hasta cuando me corresponda; varios  medios de comunicación nos ubicamos en el lobby del hotel Oro Verde de Guayaquil (Ecuador). Juan Gabriel ofreció entrevistas independientes en su suite  presidencial pero no recuerdo quién las coordinaba.
Cuando se me ordenó subir, el mexicano me recibió con su característica amabilidad y me sentó  a su costado mientras concluía con una transmisión  en vivo de radio Sucre.


Entre las preguntas mías tenía una que lo incomodó; habían transcurrido siete minutos, aproximadamente, y cuando todo nos iba bien la lancé ¿Cuál es tu opinión sobre el libro Juan Gabriel y yo y háblame algo de  su autor Joaquín Muñoz ? ¡Fue automático!  "No me hables de ese bodrio o paramos!" me dijo.


En ese momento se nos acabó la sonrisa  y absorto ante lo que yo podría esperar solo  cambié la pregunta por algo menos incomodo para ambos. Hice alguna broma sobre el montón de periodistas que esperaban abajo, le agradecí por la deferencia  y nos cambió el "clima" ¡ufff!

Juan Gabriel tenía esa imponencia que transmitía y uno acataba. No era fácil cortar una entrevista con tan grande figura del momento pese a que negaba responder ciertas preguntas.
Solo estuvimos durante nueve minutos, el se levantó y nos reunió. Pidió una foto juntos a William San Andrés y su manager. Nos organizó a cada uno y posamos. Me pidió que se la envíe mientras permaneció en Guayaquil pero, aquella foto nunca le llegó, olvidé hacerlo.